Entrevista con Claus Stig Pedersen

“La sostenibilidad real no es caridad ni planes de RSE: es usar el negocio para resolver problemas sociales o medioambientales”

El director de Sostenibilidad Corporativa de Novozymes, una empresa dedicada a tomar enzimas de la naturaleza para la industria y la farmacéutica, confió a Agencia COCOM cómo se gestó una cultura corporativa única, en la que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) guían la estrategia, e incluso, generan rentabilidad. A los empleados se les fijan metas de performance social y medioambiental.

Durante el evento Making Global Goals Local Business, organizado por Global Compact en Buenos Aires en abril pasado, Claus Stig Pedersen, director de Sostenibilidad Corporativa de Novozymes, relató el enfoque particular de la compañía, productora de enzimas y microorganismos para industrias y el sector farmacéutico. Con sede central en Dinamarca, esta firma busca aplicar enzimas y microorganismos naturales en la industria para crear mejores soluciones, y a su vez reducir el consumo de energía y de agua. Entre sus mayores clientes se encuentran Procter & Gamble, y Unilever, aunque también proveen estos insumos al segmento textil y de alimentos y bebidas.

¿Qué lugar ocupan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la estrategia de Novozymes?

Nuestro negocio es en realidad la sostenibilidad, y buscamos ayudar a nuestros clientes a crear mejores productos. Cuando se establecieron los ODS, estábamos entusiasmados, porque vimos el potencial de negocios que tenía el construir un mundo mejor. Los primeros borradores de los ODS, en 2014, sirvieron de inspiración y en base a ellos establecimos una nueva estrategia para Novozymes. Un año más tarde, los ODS pasaron a constituir el propósito de la compañía, la sostenibilidad. La estrategia para trabajar, a partir de entonces, sería la colaboración con socios comerciales y no comerciales. Fue un claro comienzo para convertirnos en líderes en esta área. Sin olvidarnos de, al mismo tiempo, hacer negocios.

Tres años más tarde, ¿han obtenido rentabilidad?

Los ODS han sido por un lado nuestra guía, y por otro, nuestra oportunidad de entender el futuro. Ahora estamos enfocados en entender qué cambios traerán estas metas en la próxima década. Necesitamos comprender las necesidades de las personas y el medio ambiente que puedan atenderse con nuestras soluciones. La clave es descifrar cómo hacer negocios a partir de la creación de mejores soluciones.

En cuanto a los resultados financieros, generamos ganancias. Nuestro volumen de negocios supera los US$ 2.500 millones al año. Tenemos un margen de ganancia del 28% y 6.500 empleados.

La sostenibilidad real no consiste en hacer caridad, en diseñar programas de responsabilidad social empresaria (RSE), en sentirse bien, con una actividad desconectada del negocio. Ocurre cuando entendés que podés usar tu “músculo”, el “core” de tu negocio, para resolver problemas medioambientales y sociales, y a la vez, generar ganancias. Así es cómo se crea un verdadero impacto. Y hay múltiples oportunidades en los negocios.

¿Cómo transmiten este rol central de los ODS a sus empleados?

Destinamos muchos recursos a la comunicación de todo esto a la fuerza laboral, porque es lo que los hace orgullosos, lo que les da ganas de venir a trabajar. Por un lado, les transmitimos la estrategia en base al relato, y por otro, fijamos metas para la producción y la cadena de suministro y a partir de eso determinamos indicadores clave de rendimiento (KPIs, por sus siglas en inglés) ligadas al desempeño personal de nuestros empleados.

Si no llegan a los objetivos –de performance social, financiera, medioambiental- todos los integrantes de la compañía, desde el CEO hasta los empleados de la fábrica, verán reducidos sus bonos. Y esto pasa cada año. Porque no se alcanza el 100% de las metas, sino que en general se alcanza un 85% a 95%, entonces los bonos y las acciones se ven reducidas.

¿En qué consisten estas metas internas?

Apuntan a las operaciones de la compañía, en aspectos como eficiencia energética, consumo de agua, electricidad renovable, salud y seguridad. También existen metas “de impacto”, que se observan fuera de la empresa. Por ejemplo, medimos en qué medida ayudamos a nuestro cliente a reducir su consumo de energía. Otro objetivo “externo” es la cantidad de personas con las que colaboramos para que entiendan el potencial de la biología sobre el medio ambiente.

Para este último punto organizamos visitas a escuelas, especialmente en aquellos países donde tenemos más operaciones, como Brasil, Estados Unidos, India, China. Nos planteamos como meta a 2020 aportar a la educación de 1 millón de personas. Nuestros empleados salen a enseñar a alumnos de niveles primario, secundario, universitario, como parte de programas de voluntariado de empleados.

¿Qué efectos vienen logrando con sus clientes?

Hay distintos niveles de colaboración con los clientes. La mayor parte tiene que ver con colaboración en tecnología e innovación. Primero organizamos sesiones con ellos para entender las oportunidades de trabajo que existen. Luego vamos a la naturaleza, para ver qué enzimas pueden servir. Luego, creamos las soluciones.

Por ejemplo, para el lavado de ropa se calienta el agua, hecho que consume mucha energía. Unilever y Procter & Gamble son los más grandes fabricantes de detergentes para lavarropas, entonces los ayudamos a encontrar soluciones para que sus productos puedan utilizarse en el lavado en frío. Así se desarrollaron detergentes para este tipo de procesos, más beneficiosos para el medio ambiente. Este es un ejemplo de innovación con un cliente, en pos de una performance más sustentable.

También la colaboración con el cliente se puede dar en el reporte y documentación de los resultados. Y en su comunicación al resto de la sociedad.

En general el diálogo que tenemos con los clientes apunta a comprender los efectos en el medio ambiente de sus productos. Buscamos tener una conversación relevante no sólo sobre la calidad del producto sino de las necesidades del mundo a futuro y cómo innovar. La sostenibilidad ayuda a que este diálogo sea colaborativo, estratégico, a largo plazo y valioso.

 

En pocas palabras

Claus Stig Pedersen es responsable de la estrategia de Novozymes, centrada en sostenibilidad y colaboraciones con clientes, con el objeto de desarrollar soluciones basadas en biología que impacten en consumo de agua, energía, alimentos. En 2015 lanzó la iniciativa “Partnering for Impact” de Novozymes, que coloca a la agenda de los ODS en el centro del negocio y conduce su permanente esfuerzo de innovación y desarrollo. Claus además coordina los proyectos “Cityzymes”, con comunidades de Brasil, China, India, Dinamarca y los Estados Unidos. Más allá de su trabajo en la empresa, como integrante de Global Compact de la ONU participa de iniciativas como LEAD (traducido del inglés, plataforma para el liderazgo en sostenibilidad empresarial), Caring for Climate (Preocupados por el Clima), Business Leadership Criteria on Carbon Pricing (Criterios de liderazgo de negocios en precios del carbono) y Principles for Responsible Management Education (Principios para gerenciamiento de educación responsable).